Desde la primera calada en frío, el ligamento nicaragüense Corojo 99, cuidadosamente seleccionado, y los rellenos largos nicaragüenses Habano y Criollo se revelan, aportando matices ligeramente dulces y terrosos. La prístina capa ecuatoriana Connecticut shade, aunque aparentemente delicada, introduce un refinado picante que perdura durante toda la fumada. Este complejo puro asegura su lugar entre los numerosos logros con calificación 90+ atribuidos a la familia García.

Manteniéndose fiel a su mezcla original, Pepin elabora meticulosamente El Centurión con tabacos nicaragüenses bien añejados. El rasgo distintivo de esta mezcla es la incorporación de la rara hoja Sancti Spiritus, que la transforma en una obra maestra picante-dulce con notas de pimienta y cuero. De cuerpo medio a grueso, El Centurión ofrece un perfil de sabor extraordinario nada más sacarlo de la caja. Sin embargo, tras unos meses de cuidadoso añejamiento, este cigarro excepcional alcanza su plenitud, desvelando una sinfonía de sabores que cautiva los sentidos.